Nicolás Toledo (@NToledoG) |
En 1854 hubo una epidemia de cólera que azotó Londres. Los muertos se contaban en cientos y nadie sabía cuál era el origen de la epidemia. Pero gracias al Dr. John Snow se descubrió el foco de la epidemia y, así, se detuvo. Este hizo un estudio de campo que consistió en anotar en un mapa las muertes producidas por el cólera. A este mapa añadió otro dato: los pozos de agua. Pudo comprobar que un gran porcentaje de los muertos se encontraban en las proximidades de uno de los pozos de agua. Con base en esta información, hizo que las autoridades cerraran el pozo. Las muertes y el brote de la enfermedad cesaron. Más tarde, al analizar el agua para determinar si verdaderamente era esta el origen de la epidemia, hallaron que las aguas del pozo habían sido contaminadas con restos fecales de un pozo…
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