Por Beatriz Aguilar Alejandrez
La mentira parece ser parte integral del desarrollo de una persona a través de su vida, la gran mayoría miente una o dos veces al día por diversas circunstancias y no necesariamente para perjudicar, en muchas ocasiones es de forma inconsciente o para no hacer sentir mal a alguien, como se dice coloquialmente las llamadas “mentiras piadosas”.

En niños, hay una edad entre los 2 y 5 años dondedesarrollan una comprensión muy distinta a lo que es la verdad, creando una falsa creencia en otros, cuando son cuestionados y se sienten descubiertos, lo evidenciaran en su lenguaje corporal, como hablar rápido, evitara contacto visual, mover piernas y exagerar los movimientos de las manos.
En la búsqueda para descubrir cómo detectar un engaño se han realizados diversos estudios, especialistas se han dado a la tarea de observar el comportamiento humano y la forma en que hablan al ser cuestionados en una entrevista, estos procesos han arrojado información limitada logrando un 50% de éxito en los casos analizados.

A falta de evidencia para intentar desenmarañar las estrategias utilizadas por personas que mienten, se ha trabajado en el desarrollo de la orientación cognitiva, esta teoría menciona que mentir es cognitivamente más complejo que decir la verdad y que un aumento artificial de la carga cognitiva durante una entrevista provocara que la persona comience a mostrar señales que lo delataran, en otras palabras, decir mentiras requiere mayor esfuerzo mental que decir la verdad, por lo que hay más posibilidades de cometer errores si la persona recibe abundantes cuestionamientos que lo hagan caer en contradicciones.
Expertos como Zuckerman y Rosenthal, propusieron que cuando una persona miente puede experimentar uno o varios de estos procesos, como son: La activación psicofisiológica, que supone mucha exigencia emocional desembocando en cefaleas, problemas intestinales, entre otros; Sentimiento de culpa, por mentir o ser descubierto; Dificultad cognitiva, que son los que extrañan inventar una mentira; El desafío de controlar la conducta, esto para inhibir posibles señales delatoras del engaño, en cada uno de estos procesos la excitación puede provocar ciertas señales conductuales como movimientos corporales o la voz se vuelva más aguda.

En la detección de mentiras, debe estar involucrado un experto preparado en esa técnica para poder identificar estas expresiones no verbales, ya que habrá una serie de emociones básicas universales que estas se filtraran mediante movimientos faciales de un modo peculiar, siendo el mismo en todas las personas normales de cualquier cultura, en estos estudios el índice de aciertos emitido por estos profesionales haoscilado entre el 50% y 54%.

El resultado de diversos análisis evidenció que no será suficiente la observación de la conducta o gestos, para detectar si una persona miente, ya que si un inocente se encuentra bajo escrutinio también experimentara reacciones emocionales con intensidad similar puesto que las consecuencias son las mismas.

Dentro del sistema penal la detección de mentiras ha sido objeto de interés, ya que generalmente los delincuentes recurren al engaño para escapar del castigo
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