Publicado en Marzo de 2019 Por Alfredo Perez MX
El gran auge que han tenido las series televisivas en los últimos tiempos, han jugado un papel fundamental para las nuevas generaciones, algunas de estas optan por decidir sobre su opción profesional y vida laboral basadas en lo que ven. Son series de investigación y perfilacion criminal donde sus principales actores resuelven casos de manera rápida y oportuna generando un boom en la sociedad contemporánea.
Lamentablemente no todo es verdad, tampoco todo es mentira, pero las series televisivas alusivas a los hechos reales o históricos deberían influir en las nuevas generaciones.
Lo cierto es que, en este punto, la serie o película puede confundir al espectador porque ni los casos más complejos de asesinos seriales se resuelven en horas, ni mucho menos en todas las escenas de crímenes se encuentra los indicios o evidencias a simple vista o mediante corazonada del actor.
Es indiscutible que este boom de series televisivas ha despertado tanto el interés que durante las últimas semanas a través de redes sociales y medios electrónicos, se ha publicado mucho de la serie titulada Colosio, una serie que fue lanzada días antes del aniversario luctuoso número veinticinco de la muerte de Luis Donaldo Colosio Murrieta, quien fuera candidato electo a la presidencia de la republica en 1994 por el Partido Revolucionario Institucional.
La serie lanzada mediante la plataforma de Netflix se basa en uno de los acontecimientos más funestos en la historia del México contemporáneo, basada en la visión de dos grandes mujeres, Hiromi Kamata y Natalia Beristáin, directoras de la serie.

La serie integrada por ocho capítulos, pretende describir lo acontecido aquella tarde del fatídico 23 de Marzo de 1994 en la colonia Lomas Taurinas de la ciudad de Tijuana Baja California, pero en opinión particular, le abona mas a la desinformación y, en consecuencia amplia más la versión de las teorías de un complot, sabotaje, conspiración, grupos subversivos, asesino solitario, actuación coordinada de uno o más asesinos, entre otras hipótesis que a lo largo de veinticinco años escuchamos. De hecho o la serie supone la ubicación de más de dos asesinos en diferentes lugares en un periodo de tiempo relativamente corto.
Muchas de las hipótesis generadas por periodistas, investigadores, escritores y actores políticos respaldan algunas de las hipotesis mencionadas, pero poco abordaje se le dio desde la perspectiva de las ciencias forenses.

Recientemente la Sociedad de Ciencias Forenses en Baja California entrevisto al Mtro Gustavo Salazar Fernández quien participo durante la necropsia llevada a cabo el 23 de Marzo de 1994 y otros especialistas que participaron indirectamente en la labor pericial. La entrevista que se encuentra en el canal de Youtube de dicha organizacion civil narra cada paso y , anécdotas vividas por el medico forense.
En materia de la investigación criminal existen datos que llevaron a la consecuencia menos deseada de toda investigación, la contaminación de la escena del crimen, alteración del lugar y la falta de preservación y resguardo adecuado como Primer respuesta.

Recientemente la organización Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) logró la desclasificación del expediente completo del proceso penal condenatorio contra Mario Aburto Martínez iniciado en aquel entonces 1994. El expediente que contiene las diversas versiones del asesino confeso del entonces candidato presidencial por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), Luis Donaldo Colosio Murrieta describe a lo largo de más de nueve mil hojas, en las que están integradas las declaraciones de los principales involucrados, centenares de testimoniales, pruebas presentadas por las partes, reconstrucciones de hechos a modo, documentos policiales, recreaciones gráficas, cotejos balísticos, fotografías, videograbaciones y hasta audios numerados que versan sobre las entrevistas e interrogatorios.

Sin embargo, contrario a lo que narra y describe la serie televisiva que presenta Netflix de aquel 23 de Marzo de 1994 en Tijuana previo al lamentable hecho, la ciudadanía vivía un ambiente de campañas políticas como en cualquier periodo electoral. La realidad vivida en un ambiente donde sus condiciones climatológicas eran tan variables como características de esa región. Transcurrían las horas, mientras policías, peritos y agentes investigadores reportaban sin novedad en sus respectivas delegaciones y cuarteles de las colonias colindantes con Lomas Taurinas.
Cerca de las tres de la tarde en las comandancias de policía nombraban servicio, revisaban uniformes y daban lectura a las consignas del día. Revisaban los equipos de radiocomunicación portátil y móvil así como su respectivo armamento. A la par de las horas previas al suceso, un grupo de peritos en Criminalística y Medicina Legal, llevaban a cabo la revisión ordinaria de los equipos de trabajo integrados por estuches, cámara fotográfica de sistema réflex, formato 35 milímetros de la marca Canon AE1 la cual se utilizaba para tomar impresiones fotograficas de las escenas de crímenes que en aquella epoca se suscitaban en la ciudad.

El mismo equipo forense se utilizaba para procesar la escena de un crimen y estaba integrado por marcadores fluorescente, rollos fotográficos de 36 exposiciones cada uno, un flash de iluminación artificial, baterías portátiles y recargables, conos utilizados como señaladores ante la ausencia de acrílicos o plasticos amarillos con números de color negro, sin dejar a un lado que m, cada fotografia que tomabas debia de ser nitida y exacta por lo que debías reducir el margen de error al tomarlas.
Día con día, peritos revisaban estos equipos porque de ello dependía que la fijación fotográfica ilustrara de manera correcta al Ministerio Publico o Juez que muchas veces no conocia el lugar de los hechos.
En el equipo también era básico contar con cinta amarilla la cual era utilizada como barrera para preservar las escenas de crímenes, acordonar o delimitar la zona para su debido procesamiento. El criminalísta sabía que los guantes de latex eran y siguen siendo indispensables para evitar el contagio biológico y la contaminación de la evidencia, tambien sabe que un equipo de criminalistica de campo de contar con materiales para muestreos químicos en donde se pueda recolectar la muestra de sangre o cualquier tipo de fluido orgánico.
Para la decadas de los noventas, se realizaban muestreos como el rodizonato de sodio que servía para detectar plomo y bario como dos componentes esenciales en la deflagración de la pólvora al generarse un disparo de arma de fuego. La importancia de describir el contenido de estos equipos es quitarle la idea de la mente al lector de que solo bastaba que un detective tomara en su mano el proyectil o casquillo percutido por una arma de fuego y era posible resolver el caso como señalan muchas de las series televisivas, precisamente.
También es oportuno señalar que hace veinticinco años, no se contaban con los trajes blancos que hoy vemos en las series televisivas, documentales y fotografías en medios electrónicos sobre escenas de crímenes. Trajes diseñados con cremallera al frente y protección para cabeza y pies, para proteger al perito de partículas secas, pelos y fluidos entre otros indicios que evitan contaminar el lugar de los hechos.

En tan solo cuestión de segundos aquel 23 de Marzo, el ritmo de trabajo de peritos, policias e investigadores dio un giro vertiginoso. El teléfono sonó y en el auricular se escuchaba el reporte de la agresión física con un objeto contundente que sufria el candidato a la presidencia de la republica al momento de asistir al mitin en Lomas Taurinas como también lo señaló la serie televisiva.
Caos, desorden y miles de gentes se habían reunido en Lomas Taurinas. Unidades eran despachadas desde las diversas delegaciones de policía, se percibía la tensión y nerviosísimo en los rostros de los agentes al colocarse los equipos tácticos y salir a la calle e implementar los dispositivos de seguridad.

Evidentemente en el lugar del atentado, la salida de las unidades del Estado Mayor y el equipo de seguridad que custodiaba al candidato era compleja, tenian difucultad para salir de la zona ante la multitud de los asistentes que obstruian las rutas de emergencia.
Unidades del Estado Mayor Presidencial, trasladaban al lesionado al hospital más cercano y por otro lado al detenido durante los hechos lo trasladaban a la delegación de PGR ubicada en la Zona del Rio en Tijuana.
al mismo tiempo que sucedia lo descrito, la central de radio de la policia recibía información sobre el candidato, aclarándose en la radiofrecuencia que estaba lesionado pero por proyectil de arma de fuego. Policías municipales, ministeriales y federales minuto a minuto tomaban las calles principales de la ciudad, las ambulancias y grupos de rescate se trasladaban al lugar de los hechos, un lugar que ya en esos momentos era impenetrable.
Cuarenta y siete minutos después de haber ocurrido el incidente, los policías municipales solicitaban apoyo para la búsqueda del arma de fuego en un lugar donde jamás se preservo, un sitio que nunca se acordono o se aisló de la multitud ante la magnitud e impacto del evento. Tijuana no estaba preparada para el caos, confusión y desinformación que prevalecía en ese momento.
La radio frecuencia de la Policía Municipal era escuchada desde algun lugar donde se hacian llamar Condor como consta en uno de los audios publicados por la organización Mexicanos Contrla Corrupción y la Impunidad (MCCI) en relacion a la desclasificacion del expediente Colosio. En el audio se escucha cómo la policía municipal implementaba su dispositivo de coordinación para facilitar el traslado del detenido a las oficinas de la delegación de PGR y también se escuchaba de que manera sería el traslado del candidato lesionado al Hospital General y la solicitud de apoyo a las autoridades norteamericanas para el posible traslado en helicóptero Night Fly matricula N31LF que aterrizaría en la línea internacional cuarenta y cinco minutos después del incidente. Esta información era real, se escuchó hace más de veinticinco años y quedó registrada en esos audios que se citaron en la averiguación previa.
Cuarenta y siete minutos después del reporte inicial, el Ministerio Público Federal solicitaba la presencia de las unidades policiacas para recolectar indicios, material sensible signficativo que se desconocia su procedencia, origen y forma de produccion.
No se requirió de personal especializado ni tampoco acudió personal de Criminalistica de la entidad como ahora lo hacen los primeros respondientes. Los únicos peritos adscritos al Estado se encontraban concentrados en un cubículo en las instalaciones de la delegación de PGR, conocidas como el edificio verde. La orden fue que permanecieran alerta por si eran requeridos.
Tampoco existio una recolección de indicios debidamente embalados por peritos, como tampoco se preservo el lugar.
Fue tanta la multitud de personas y el descuido de las autoridades que pareceria imposible concebir no haberlo hecho por quienes estaban en la escena de crimen. Lo único que fue realizado dentro de los primeros cuarenta y cinco minutos del fatídico reporte fue desmontar los microscopios del laboratorio de química forense que tenían los servicios periciales del Estado y trasladarlos a las instalaciones de la Procuraduría General de la Republica por agentes de la Policía Judicial Federal para que le fuera tomada la muestra al detenido y ahí mismo fuera revelado el examen sin que la información saliera del edificio ni tampoco el personal.
La perito químico realizo los muestreos de rodizonato de sodio a las personas aseguradas y no los policías como se observa en la serie televisiva. Ahí frente a decenas funcionarios públicos y personas desconocidas, la perito debió revelar las muestras obtenidas y que reaccionaria de manera colorimétrica ante los reactivos que colocaba a los isopos para asi poder dictaminar la presencia de plomo y bario en las muestras como los dos componentes esenciales que se desprenden durante la deflagración de la pólvora al disparar una arma de fuego.
Por otra parte, la escena del crimen considerada como una fuente de información monumental para la investigación, jamás fue atendida bajo los principios fundamentales de las disciplinas forenses. Científicamente no existieron condiciones favorables para la intervención pericial y en el lugar de los hechos no se evitó tocar, caminar, pisar o quizás hasta sustraer objetos que pudieran representar material sensible significativo para la investigación.
Todas las autoridades eran responsables de emplear la metodología básica de la criminalística de campo para que la investigación criminal fuera exitosa y objetiva.
El proceder riguroso y la exigencia que citan los manuales de criminalística impartidos en las academias de policía sobre la preservación del lugar de los hechos, quedaron de lado.
Rastrear las evidencias principales para determinar los límites de la zona crítica y neutralizarla, no se logró. El tiempo transcurrió y los peritos de la entidad no arribaron al lugar y solo quedaron a disposición de la autoridad federal para lo que se instruyera.
No consta en las actas sobre el acordonamiento con una cinta amarilla o roja para el área donde se encontraba la evidencia principal o para el área que solamente la autoridad tendría acceso al sitio.
No hubo un perímetro establecido, ni tampoco fue protegido el lugar del homicidio, por tanto la probabilidad de intromisión de personas no autorizadas, fue incrementandose conforme transcurria el tiempo.

La ignorancia o complicidad prevaleció y el tiempo fue un factor fundamental. Los criminalistas del Estado jamás llegaron al lugar de los hechos porque la autoridad así lo determino. El tiempo fue clave para alejarse de la verdad como cita el notable criminalista francés del siglo XVIII- XIX Edmond Locard, “el transcurso del tiempo juega en contra del esclarecimiento del caso, por ello cuanto más urgente se realice la pesquisa, mayor posibilidad de lograr algún resultado será”
Veinticinco años después de haberse cometido el homicidio de Luis Donaldo Colosio Murrieta la tarde del 23 de Marzo de 1994 en Tijuana, lo único que fue claro, es la falta de la aplicación de las disciplinas que constituyen las ciencias forenses en la etapa incial de la investigacion las cuales podrian haber logrado mejores resultados. Complicidad, ignorancia o confusión, genero la desinformación que llevo a múltiples hipótesis y lineas de investigacion del homicidio de las cuales ahora las series televisivas, sacan provecho ante un público poco informado. El eslabón perdido en la investigación sin duda fue la Ciencia Forense.
El autor del segmento cuenta con más de treinta y tres años de experiencia en temas de investigación criminal. Es catedrático universitario, asesor y consultor. Es fundador de la Sociedad de Ciencias Forenses en Baja California y se ha desempeñado en diversos cargos públicos enfocados a los temas de seguridad y justicia.
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