En un mundo en el que los médicos no existieran y ante un caso de contagio grave y sin tener conocimientos al respecto, probablemente la ciudadanía habría dictaminado expulsar o, como mínimo, poner en cuarentena al enfermo. Sin ningún tipo de tratamiento, ayuda o posible paliación a la enfermedad. Únicamente encerrado, para evitar los peligros […]
a través de La criminologia como la medicina de la delincuencia —