El Centro Federal de Readaptación Social Número Uno de Almoloya de Juárez se terminó de construir en 1991, en el sexenio de Carlos Salinas.
Abarca 260 mil metros cuadrados, con 8 torres de vigilancia y 750 cámaras de circuito cerrado en zonas estratégicas.
Sus paredes son de un metro de espesor; sus pasillos, escaleras y pasadizos se diseñaron en todas direcciones para desorientar.
Hay, o había, sensores subterráneos para detectar cualquier intento de excavación y múltiples radares para alertar e inhibir cualquier intención de fuga.
Hay cables de alta tensión alrededor de sus muros de 15 metros de alto, reforzados por más sensores infrarrojos y ópticos.
Las puertas son controladas con seguros electromagnéticos de cierre automático tras un lapso de treinta segundos.
Las celdas están a la vista del pasillo de control.
El penal está restringido para las comunicaciones electrónicas y sobrevuelos.
Las visitas son un día a la semana…
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