
«Cada grupo atendido de jóvenes sabe que la adolescencia es una etapa pasajera en la que se inicia la autonomía e independencia de los futuros adultos, esta necesidad de independencia influye en la práctica de comportamientos novedosos y de poco riesgo. Es normal encontrar conductas con ciertos riesgos en los adolescentes, pero es necesario que quienes suponen sus figuras de autoridad supervisen dichos comportamientos, porque en un momento determinado ese riesgo se vuelve inminente y va en contra de la integridad, y sano crecimiento de los jóvenes», señalaron talleristas de IRIS Prevencion y Participacion Ciudadana.
Los preadolescentes problemáticos, con dificultades en el comportamiento y con un historial de conductas difíciles en el seno familiar y escolar, son los más expuestos a buscar un estilo de vida en riesgo, situaciones que muchas veces ellos mismos minimizan.

Los adolescentes saben que entran en una etapa de mayor autonomía pudiendo repercutir en excesos y en comportamientos que implican mayor riesgo que los que normalmente realizan otros adolescentes de su misma edad. Esta autonomía sin supervisión puede suponer un riesgo para su persona, para otros y para el entorno social, ya que la falta de supervisión adulta facilita que realicen conductas que pueden perjudicar a uno mismo u a otros.
«Es el momento de supervisar conductas y observar el tiempo que dedican a estas actividades, pues implica la exposición a conductas de riesgo en los inicios de la adolescencia: como fumar, beber alcohol, primeras relaciones amorosas y sexuales sin protección, o conductas que conllevan mayores riesgos, como es probar sustancias tóxicas que no son ilegales, juegos de azar, conducción irresponsable» comento uno de los especialistas.
Durante la exposicion de los diversos contenidos tambien se les explicó a los jóvenes asistentes que los accidentes de tráfico son la primera causa de mortalidad en la adolescencia y se producen por realizar conductas de riesgo, como el consumo de alcohol y drogas.
Muchos jóvenes y niños están expuestos a muy tempranas edades a situaciones que por falta de madurez no logran discernir adecuadamente aquellas que son nocivas para su salud física, mental, y un sano crecimiento por ello las psicólogas que impartieron dicho taller les brindaron no solo los conocimientos sino el desarrollo de herramientas y habilidades que les ayudará a ampliar mecanismos de defensa y rehusar asertivamente sin confrontación la presión de amigos o adultos.